Redacción / La agencia destaca su expectativa de que la economía retomará su senda de crecimiento potencial, una vez que se disipen los efectos de la pandemia. Además, subraya la fortaleza fiscal y el manejo prudente de las finanzas públicas del país.
El día de hoy la agencia calificadora Moody’s ratificó la calificación crediticia para la deuda mexicana en Baa1, con perspectiva negativa. Lo anterior mantiene el acceso a los mercados financieros internacionales en condiciones favorables, tanto para el sector público como el privado.
La decisión está en línea con las ratificaciones de Fitch y S&P emitidas a finales del año pasado. Las tres agencias calificadoras han reconocido el robusto historial de efectividad de las políticas macroeconómicas.
En su comunicado, Moody’s subraya que espera que la fortaleza fiscal de nuestro país continúe siendo una característica positiva de su perfil crediticio, y que la carga de deuda permanezca por debajo de la mediana de sus pares.
En este sentido, la agencia resalta la solidez de los ingresos públicos derivados de la optimización del marco tributario existente, la reducción en el gasto de operación y el uso de medidas financieras para apoyar a Pemex, como elementos que permitieron contener el déficit y la deuda en 2020.
La calificadora remarca, como un factor relevante de su decisión, su expectativa de que la economía recupere, una vez superada la pandemia de COVID-19, su tendencia de crecimiento de largo plazo. Asimismo, enfatiza el efecto positivo que tendrá el T-MEC en el desarrollo de cadenas de producción integradas al interior de la región de Norteamérica, lo cual beneficiará a México.
En su comunicado, Moody’s menciona como riesgo la posibilidad de que Pemex requiera mayores apoyos que los que la agencia ya descuenta. En este sentido, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público refrenda la estrategia iniciada en 2019 para el fortalecimiento de Pemex, que es el mayor contribuyente del presupuesto federal, como una inversión de mediano y largo plazo.
Esta estrategia ha permitido estabilizar la producción petrolera y aumentar las reservas durante 2019 y 2020, luego de años de caídas consecutivas, al tiempo que se han preservado finanzas públicas sanas. Como resultado, en 2020 Pemex contribuyó al erario público con cerca de 600 mil millones de pesos, en el peor año para la industria petrolera desde 1933.
La calificadora también señala riesgos a la baja para elcrecimiento en los próximos años, particularmente por posible debilidad en la inversión privada. Respecto a este tema, se reiteran las diversas iniciativas estratégicas que se han trabajado en conjunto con el sector privado desde el inicio de la administración, como la aprobación del T-MEC, la reforma laboral en 2019, la reforma de pensiones en 2020 y, recientemente, la reforma a la regulación del outsourcing.
Adicionalmente, los sectores público y privado han unido esfuerzos para reactivar la inversión, mediante 67 proyectos de infraestructura en marcha por un monto de inversión de 2.3% del PIB. En este sentido, la reactivación de la inversión privada tras la pandemia se refleja en un crecimiento cercano al 30% entre el segundo y cuarto trimestre de 2020.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público mantiene su compromiso con la responsabilidad en el manejo de las finanzas y la deuda, así como con la preservación de la estabilidad macroeconómica, como pilares de una recuperación económica sostenida y un desarrollo equitativo para el mediano y largo plazos.
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