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Artículos, Rodrigo García. A 106 años de conmemorar la Revolución
Mexicana en nuestro país, recordemos un poco aquellos precursores
revolucionarios originarios de esta tierra “Cuna de la Nación”, que han sido
olvidados.
Hablar
de aquellos tlaxcaltecas que participaron en el movimiento maderista de
1910, es empezar hablar del Capitán
Sánchez Ascorra, quien fue promotor del Plan de Tepehitec, la finalidad del
mismo era unirse a la lucha armada de la Revolución Mexicana.
Actualmente
un Jardín de niños lleva su nombre, su ubicación se encuentra en la Trinidad Tepehitec,
hombre que es reconocido como uno de los líderes en Tlaxcala, originario y
habitante de esa comunidad, quien fue arrestado el 17 de Noviembre de 1910,
días antes de dar inicio a la lucha armada de la Revolución.
Se
dice que para formalizar el plan de Tepehitec, un grupo que era liderado por el
capitán decidió prestar juramento ante una bandera nacional traída por los
tlaxcaltecas Diego Sánchez Hernández, Samuel A. Ramírez y Ciriaco Aguilar, la
cual fue tomara sin permiso de la fábrica de Metepec, Pue., donde laboraban,
esto con el propósito de depositarla en manos del veterano y héroe de la guerra
de Reforma y de la Intervención francesa, el Capitán Manuel Sánchez Ascorra.
Según
se dice que mediante una solemne y secreta ceremonia a puerta cerrada, en donde
se desconoce la fecha precisa pero que entre Abril y Mayo, se llevó a cabo el acto
en la casa del Capitán Sánchez, quien por su edad y méritos en luchas pasadas
presidio el juramente a 60 hombres
escogidos, quienes se comprometieron a combatir al gobierno porfirista, bajo
pena de muerte para quien cometiera cualquier acto de traición según Marcos Hernández
Xolocotzi, uno de los participantes originario de Amaxac.
Meses
antes en la casa del Capitán Sánchez Ascorra, era frecuentado por algunos activistas
como Hilario Carlos Salas veracruzano y el enlace con los obreros de Rio
Blanco, Samuel A. Ramírez de Tzompantepec, Tlax. Así como por muchos otros antirreeleccionistas.
Representantes de cada uno de los pueblos del estado, esto para planear la
caída de la administración tlaxcalteca.
En
los meses posteriores surgieron acontecimientos que marcaron el legado de la
historia tlaxcalteca, en donde varios municipios fueron testigos como Amaxac,
Españita, El Carmen, Ixtacuixtla, Zacatelco, Xicohtzinco, Panzacola y otros
puntos.
También
de México ya que en ese mismo año la capital se preparaba para celebrar el
centenario de la Independencia, llevando a cabo actos conmemorativos para
festejar, se inaugurando edificios, monumentos, actividades, se realizó un
desfile que fue nombrado histórico, era un México fiestero en donde el pueblo
se contagió de alegría.
En los
primeros días de Noviembre sucede algo tan inesperado para los tlaxcaltecas, el
Capitán Manuel Sánchez Ascorra fue capturado en medio de un ambiente tenso, el
17 de Noviembre cerca de la media noche, en donde las fuerzas rurales del Estado
irrumpieron en su domicilio, arrestándolo a él y a su vez a sus dos hijos
Trinidad y Nicolás Sánchez Vargas, en donde los oficiales se apoderaron del
archivo del movimiento que sirvió como prueba para acusarlos ante las
autoridades judiciales federales.
Al
mismo tiempo, en Acuitlapilco, Tlax., aprehendieron al correligionario de los
Sánchez, al Sr. Gregorio Flores,
activista desde 1906. El día 18 de Noviembre el Coronel Cruz Guerrero condujo
por tren a los cuatro detenidos, para ser juzgados en el Distrito Federal,
quedando recluidos en la Penitenciaría. EL diario “El Imparcial” publicó el
domingo 20 de Noviembre la fotografía y los datos de los tlaxcaltecas.
Al
saber de la detención de los Sánchez, los hábiles y veloces mensajeros de
Tepehitec dieron aviso a los principales comprometidos. Por lo que inmediatamente
Juan Cuamatzi se lanza a la lucha a la cabeza de un grupo de guerrilleros con
los que el día 19 de Noviembre intenta quemar los durmientes del puente
ferroviario de Santa Cruz Tlaxcala para entorpecer el paso del tren, pero fue
inútil y es perseguido por las fuerzas del Estado.
Ya
para terminar una de las tantas memorias olvidadas de Tlaxcala, se dice que los
Sánchez en ocasiones los quisieron envenenar en la Penitenciaría, esto porque en su momento los presos enfermaron severamente, sólo Don
Manuel la paso mejor, sin embargo Nicolás no tuvo tanta suerte y falleció, a su
vez Trinidad tuvo que ser llevado a un nosocomio porque su mal no fue pasajero.
Y los sobrevivientes son liberados en 1911, con el maderismo triunfante.
Manuel
Sánchez Ascorra, personaje no tan nombrado por la Historia Tlaxcalteca, ni tan
conocido por nuestras generaciones, que
sentir orgullo por esta tierra que nos ha visto crecer es sentirse
orgulloso a su vez de su historia, su cultural, su gastronomía, etcétera. Una
herencia que muestra la grandeza de un pequeño estado.
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