TLX Noticias / ColumnasTLX, Juan Felipe Rodríguez. Nuestro país está escindido por la iniciativa del Ejecutivo Federal respecto a modificar el contenido del artículo 4o Constitucional y el Código Civil Federal, para actualizar nuestro Estado Democrático de Derecho y así garantizar la inclusión y el respeto a la libertad de formar una familia a través del matrimonio, sin restricciones a causa de la preferencia sexual.
En este contexto, de forma sutil, se ha generado un fenómeno colateral. El discurso de un amplio sector de la población que apoya el reconocimiento al matrimonio igualitario, es un reclamo, que imputa a las personas que piensan diferente a ellos, el ser retrogradas y pretender vivir en la edad media. Dentro del universo virtual existe saturación de imágenes que ridiculizan esa postura y algunos se dejan seducir por el insulto fácil. Asombra que quienes se proclaman como adalides del respeto a los derechos de los demás y la pluralidad de pensamiento, pretenden ahogar en la intolerancia, una voz diversa.
A unos días de celebrar el acto que nos permitió nacer como un colectivo multicultural, invierten sus esfuerzos en la división, en el señalamiento vulgar y en la acción de gritar para escuchar. Estoy a favor de la iniciativa del Presidente de la República, que hace eco de los pronunciamientos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la ampliación de los derechos de la personalidad pero también debe defenderse la libertad de expresión y la garantía del disenso.
El contraste de esas posturas tiene implícito una paradoja que se traduce en la frase “Eres intolerante por no pensar igual a mí y te descalifico por ello”. Aprovechemos la coyuntura y motivemos una discusión alterna para entender que todos somos mexicanos y tener empatía hacia los demás. Aprendamos a ganar el respeto, respetando las diferencias de quienes nos rodean.
La sociedad requiere que superemos cualquier separación social y seamos capaces dialogar y encontrar un cause que desemboque en leyes y actitudes que no discriminen a nadie. Se precisa un debate nacional que recabe todas las opiniones y a partir de conocer las opiniones, se esclarezca el contenido de la reforma, sus alcances y efectos a largo plazo.
Hagamos vigente el aforismo de Evelyn Beatrice Hall: “Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. ¿Es complicado? ¿es complejo? quizá pero nunca será imposible.
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