TLX Noticias / Articulo Historia. 1847,
el ejército norteamericano ataca el castillo de Chapultepec, cadetes de colegio
militar son nombrados niños héroes y la historia de México los recuerda cada 13
de Septiembre, olvidándose de aquellos que en esas mismas fechas perecieron, y
que también representan la valentía y el orgullo de defender su patria.
Hombres
que han sido olvidos en los libros de texto, como es el caso del guerrero Tlaxcalteca, nacido en San Bernardino
Contla, del estado de Tlaxcala en 1806, para ser más exactos el 01 de Mayo. Siendo
hijo del militar Isidro Xicoténcatl y de María de la Luz Corona
Héroe
olvidado, que a la edad de 16 años ingresa a las fuerzas armadas de la Guardia
Nacional de Tlaxcala en 1822, y que por sus méritos fue ascendido a Teniente en
1829, por el primer presidente de la república Vicente Guerrero. Participando
así en numerosas campañas como la pacificación de los territorios de Yucatán,
Tabasco, Guadalajara y Puebla, hasta que le fue concedido el mando del Batallón
de Lagos.
En
1832, después de los golpes de estado y las traiciones que sucedían,
presenciando cómo transitaban por el poder con rapidez admirable Vicente
Guerrero, Valentín Gómez, Anastasio Bustamante, Antonio López de Santa Anna,
etc., es ascendido al grado de Capitán precisamente por López de Santa Anna.
Al año
siguiente participa con el Gral. Mariano Arista, en contra del gobierno
establecido, obedeciendo órdenes del Gral. Guadalupe Victoria desarrollándose
en Puebla del 3 al 10 de Julio de 1833, y que por sus acciones ascendió a Mayor
de Infantería. En 1834 le ordenan dirigirse a la costa del Pacifico para
colocarse bajo las órdenes del Gral. De División Ignacio Mora, designándolo como Comandante General de Occidente.
En
defensa de su patria, se dice que fue un aguerrido combatiente en donde como
todo militar fue herido y capturado en batalla, hasta ser sentenciado a muerte.
Sin embargo gracias a un armisticio pactado entre el gobierno y los rebeldes
salva la vida. Esto en una lucha contra los rebeldes en 1838.
Guerrero
al aferrarse a la vida, y no dejar de pelear por su patria, a pesar de
desempeñar algunas comisiones más adelante en la Ciudad de México, en 1843 se traslada a Yucatán bajo las
órdenes del Gral. Pedro Ampudia para combatir a los rebeldes, en la guerra de
Castas, la cual se propagó a Campeche y Tabasco. Posteriormente intervino en
más acciones en la ciudad de México y en Jalisco, hasta ascendiéndolo como
Teniente Coronel.
Un
Xicoténcatl imparable que en 1847 finalmente da comienzo a su última etapa
guerrera de su fugaz existencia: La Invasión de los Estados Unidos a México.
Al
inicio de la invasión, toma parte en la batalla de Angostura cerca de Saltillo,
el 22 y 23 de Febrero de 1847, en donde es herido nuevamente. Los
estadounidenses cambian su estrategia de invasión retirándose a Coahuila y de
ahí hacia el Golfo de México, para atacar Veracruz y marchar rumbo a la Ciudad
de México. Debido a sus heridas no puede salir hacia Veracruz, y se queda en la
Ciudad de México.
Después
de restablecerse se le dan el mando del batallón de San Blas. El 12 de Septiembre comienza el ataque
Estadounidense a Chapultepec, y se le comunica que al frente de su batallón
refuerce a los defensores del Castillo, pero inexplicablemente se le ordena
retirarse la noche del mismo día.
El 13
de Septiembre, cuando la situación era ya muy complicada pues el invasor ya
comenzaba a escalar las faldas del cerro, se le ordena nuevamente marche en
auxilio de los defensores del Castillo. La orden fue acatada, sabiendo que se
marchaba a una muerte segura.
A paso
veloz penetro Xicoténcatl al frente de su batallón en el bosque de Chapultepec,
chocando de inmediato con el enemigo con el que entablo una lucha de cuerpo a
cuerpo, y tras heroica pero inútil resistencia.
Los
valientes integrantes del Batallón de San Blas fueron cayendo, hasta la muerte
del último de los soldados. Se dice que al caer su abanderado, el propio
Santiago Xicoténcatl recogió su bandera y murió enarbolándola, y cayendo
envuelto en ella. Finalmente el teniente coronel Xicoténcatl cae muerto de 14
balazos.
Un
guerrero Tlaxcalteca que hasta después de su muerte en 1853, fue ascendido al
grado de Coronel de Infantería Post Mortem, con la antigüedad del día de su
muerte. Sus restos fueron trasladados de un lugar a otro, hasta quedar
finalmente sus cenizas, en una urna de cristal y plata, la cual permanece en el
altar a la Patria en 1952.
Un héroe
a quien no se menciona en nuestras
fiestas patrias, Un tlaxcalteca olvidado por la historia, un hombre que
supo el significado heroico y patriótico. Y a quien le rindo un homenaje de
admiración y respeto, atreves de las letras de su historia pero sobre todo que
las próximas generaciones lo mencionen y que Tlaxcala se sienta orgulloso por
su valentía.
Por. Rodrigo García P.
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