TLX NOTICIAS / Artículos / Historia / Septiembre 5. “Joven, de figura interesante y
simpática, por intuición un guerrero temible, dotado de un temple de alma
superior y de una voluntad de hierro, y, por lo tanto, incontrastable, supo
imponerse y hasta cautivar a sus indómitos soldados, acometiendo y llevando a
cabo empresas que causaron espanto y admiración.” Así lo describe Galindo y
Galindo
Nacido el 8 de abril de 1811, en
Apetatitlán, en cuya parroquia fue bautizado el 13 de abril del mismo año, por
el presbítero Miguel Lázaro Molina, quien le impuso el nombre “Antonio Ignacio
Polonio.” Hijo de Ignacio Mariano Carvajal y la Sra. María Rita Guarneros.
Murió el 13 de junio de 1872,
víctima de las heridas que le causaron delincuentes que asaltaron su finca
Tetlapaya, es trasladado a la ciudad de México, donde murió en la casa marcada
con el número 8 de la calle Santo Domingo, centro de la ciudad.
Antonio Carvajal. Reconocido por Benito Juárez en la batalla del
4 de mayo de 1862 en las cercanías de Atlixco y que ha sido señalada esta
acción como la que permitió, al cubrir la retaguardia de Zaragoza, obtener el
triunfo del día cinco en los fuertes de Loreto y Guadalupe en la ciudad de
Puebla; de inmediato se reconoce esta acción y el 10 de diciembre del mismo
año, se expide un decreto por parte de Juárez para imponer una medalla de honor".
Al reverso de la medalla que se les otorgó a los
combatientes, llevaba el texto: "Ambas medallas serán circulares, de 25
milímetros de diámetro y dos de grueso, y llevarán en el anverso esta
inscripción, rodeada de hojas de siempreviva: "La República Mexicana a sus
Valientes Hijos", en el reverso diría: Derrotando a los traidores el
cuatro de mayo, contribuyó eficazmente al triunfo alcanzado en Puebla contra el
ejército francés, el cinco de mayo de 1862"
El propio Ignacio Zaragoza en su
parte de guerra de los acontecimientos decía: "Indicaré, por último, que
al mismo tiempo de estar preparando la defensa del honor nacional, tuve
necesidad de mandar a las brigadas O'Horán y Carvajal a batir a los facciosos,
que en número considerable se hallaban en Atlixco y Matamoros, cuya
circunstancia acaso libró al enemigo extranjero de una derrota completa, y al
pequeño Cuerpo de Ejército de Oriente, de una victoria que inmortalizará su
nombre".
El texto fue escrito el nueve de
mayo para informar de los hechos ocurridos. En el expediente relativo a los
hechos de armas del 28 de abril en Acultzingo, el cuatro de mayo en Atlixco y
el cinco de mayo de 1862 en Puebla.
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